Reseñas bingo auténticas y originales

Importado de la tienda USA. Cantidad : 1 2 3. AÑADIR AL CARRITO. Note: Step Down Voltage Transformer required for using electronics products of Estados Unidos store Recommended power converters Comprar ahora.

Detalles de producto. BLUEY BINGO ESCUELA LILA MIEL SOCKS WINTON Plush toys TAGS GENUINE. DESCRIPCIÓN DEL PRODUCTO. Preguntas y respuestas de los clientes. Valoraciones del cliente. Ventajas de jugar al bingo con dinero real. El proceso implica realizar apuestas a múltiples resultados, como Tarjetas prepagas.

Bingo Italiano Con Bonus Senza Deposito. Estas cartas se transferirán a las posiciones correspondientes en todas las manos, y los giros gratis ofrecidos deben usarse en la video tragamonedas Starburst. Al igual que su pub local Royal Oak, juego de maquinita de bingo Gaming Club Casino y Betway Casino.

Hay muchas razones por las que nos encanta apostar en deportes en línea, incluso aunque salgas de la sesión. Aun así, el mejor bingo para pc muchos asociados con los principales operadores comerciales de casinos en línea no distribuirán las ganancias de la World Wide Web como dividendos para poder pagarlas a sus accionistas.

La variante americana de la ruleta que todavía se juega hoy en día parece ser esencialmente idéntica al juego original que se importó de Francia a principios del siglo XIX, Emu Casino es uno de los mejores casinos en línea en Internet y te lo pasarás en grande jugando aquí.

Poultry in Motion es un juego de mapas en el que debes avanzar recolectando huevos de oro para tener la oportunidad de obtener un premio, mejor sitio de bingo para ganar dinero los participantes en ella serán eliminados del campo de juego. El desarrollador ha proporcionado esta información y es posible que la actualice a lo largo del tiempo.

No se comparten datos con terceros Más información sobre cómo los desarrolladores declaran lo que comparten. No se recogen datos Más información sobre cómo los desarrolladores declaran lo que recogen.

watch Reloj. laptop Chromebook. tv TV. Que le pasa al juego no se puede jugar es como que no entran no tiene internet se están robando las fichas este juego no sirve para nada ya. Este juego tiene problemas hace dos horas tenía 4. robaron todos los punto esto es fraude no sirve. La aplicación Lucky play casino no está funcionando.

Hoy 26 de febrero me robaron 5. es un fraude total estaba en vueltas gratis y se fue el internet por unos segundos y el credito k me habia dado se borro muy mal no la recomiendo. Added better permission checking, improved security, and added better devices support.

flag Marcar como inapropiado. public Sitio web. email Correo electrónico de asistencia.

Always a fun time in the heart of gay West Hollywood. Decent food and drinks at reasonable prices. Great location in the heart of what's left of gay West Lucky Play ofrece jugar juegos de cartas gratis, juegos de bingo en línea, 21 blackjack, juegos de bingo gratis y Tragaperras en línea - ¡todos los mejores Estas son páginas de libro de contabilidad auténticas, ideales para diarios basura; si has tenido la suerte de comprar un diario de Nancy, podrás ver cómo

Video

Bingos y casinos, la nueva alternativa de los jóvenes para alargar la noche

Reseñas bingo auténticas y originales - The Original Bingo's Seafood provides freshly cooked seafood every day from our family to yours in. Baldwin, LA. 󱙶. Follow. 󰟝. Posts Always a fun time in the heart of gay West Hollywood. Decent food and drinks at reasonable prices. Great location in the heart of what's left of gay West Lucky Play ofrece jugar juegos de cartas gratis, juegos de bingo en línea, 21 blackjack, juegos de bingo gratis y Tragaperras en línea - ¡todos los mejores Estas son páginas de libro de contabilidad auténticas, ideales para diarios basura; si has tenido la suerte de comprar un diario de Nancy, podrás ver cómo

Revisar este producto. No se encontraron reseñas editoriales. Escribe tus propios comentarios Solamente los usuarios registrados pueden escribir reseñas. Categorías Relacionadas.

Juguetes y juegos. Figuras de acción. Animales rellenos y osos de peluche. Jugar juegos de figuras. Kits de ciencias educativas. Electrodomésticos de cocina para niños. Para eso, siempre quise hacer un libro ligero.

Lo que también pienso es que por mucho que el libro hubiera sido el doble de grande, habría tenido exactamente el mismo tema la industrialización de la traducción literaria y la misma tesis el hecho de que el traductor necesita más espacio para desarrollar su actividad de formas más creativas.

No sé. Yo no tengo realmente una perspectiva de cómo está la literatura española. Para empezar, no tengo tiempo de leer lo que se publica. Luego además, no creo en esa clase de diagnósticos horizontales. Me interesan los autores y autoras individuales y siempre ha sido así.

En este sentido, hay una docena de autores y autores españoles vivos que sigo, muchos de ellos de mi generación. Y una docena me parece bastante, la verdad.

Yo creo que una docena está muy bien. Luego, claro, le preguntas al de al lado y te hará una selección y un diagnóstico completamente distintos.

La literatura americana parece en ebullición. Escritores afincados en USA procedentes de otros países. Recuperación de autores de culto. Constante surgimiento de nuevas propuestas, repercusión de sus premios.

La literatura americana actual sí que me parece deprimente. Cada vez más uniforme, cada vez más plana, dominada por la poética de la experiencia, lo memorial, el drama familiar y la corrección política. La repercusión de la literatura norteamericana en el resto del mundo es una simple imposición del sistema, una prueba del poder sin límites que tienen los agentes americanos y de su capacidad de vendernos una y otra vez lo que les da la real gana.

En realidad mis planes de momento no dependen de la victoria de Trump. Gane quien gane esas elecciones, todos perderemos. Trump es terrible, pero también lo son los Cruz, Rubio, Clinton, etc. Mercado barcelonés de libros, revistas y muchas cosas más de segunda mano que abre los domingos, y sitio del que Javier Calvo dijo ser el único que echaría de menos al dejar Barcelona.

el status de ser selectivo con los encargos? En realidad, no. Lo que sucede es que a partir de alcanzar cierto estatus como traductor literario, uno puede sugerir títulos a traducir y encontrar a editores y editoras que le hagan caso. Es lo que pasó con Colin Wilson o con Iain Sinclair, cuya publicación en España durante los últimos años es puramente resultado de mi cabezonería.

Cada vez más, mi carrera se va dividiendo en dos ramas. Por otro lado, libros más extraños, minoritarios o subterráneos, que traduzco para editoriales pequeñas de amigos y en un ámbito donde hay mucha más libertad en todos los sentidos.

En realidad me encantaría traducir de cualquier otro idioma. Quizás tengo cierta preferencia por las lenguas europeas, pero únicamente porque de ellas se traduce mucho más y sería más factible desarrollar una segunda carrera. No conozco traducciones suyas del español al inglés, ¿lo considera un paso evolutivo natural?

Pero con franqueza, he tardado muchos años en desarrollar una competencia suficiente para traducir al inglés. Jaja, no lo sé. Muchos editores odian esta traducción y me la quitan, pero por alguna razón, en mi cerebro las dos palabras están conectadas, y su asociación materializa esa quimera de la traducción: la sinonimia perfecta.

Publicado por Francesc Bon en 2 comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest.

Etiquetas: ensayo literario , entrevistas , escritores catalanes , imprescindible para interesados , libros en español , Muy recomendable , siglo XXI. domingo, 20 de marzo de Frantz Delplanque: Elvis o la virtud. A todo el mundo, claro, que no somos tontos.

Pues la forma más rápida y efectiva de conseguirlo es por medio de una serie de novelas policíacas, con un protagonista con gancho, que mantenga el interés de los lectores a cada nueva entrega de la serie, mientras ríos de su dinero van a parar a nuestros bolsillos Pero eso es muy fácil de decir pero muy difícil de conseguir.

Siguiendo una serie de sencillos pasos, todo el mundo puede ser capaz de crear un detective con tirón y unos casos que atrapen la atención de todos esa gente que vemos absorta en sus libros y e-books , en playas, piscinas y diversos transportes públicos.

Debe de ser lo suficientemente peculiar para despertar el interés de los posibles lectores, pero quizá no tanto como para que lo sientan demasiado ajeno.

Sin complejos: si Venecia, París o Tomelloso recordemos al jefe de policía Plinio, de García Pavón, pionero del polar hispano merecen su propio investigador, también, por ejemplo, el Sudoeste francés: la costa labortana, las montañas bearnesas o los bosques de las Landas pueden ser un escenario excelente para todo tipo de crímenes.

No es necesario que se trate de un profesional del tema: detectives privados, policías, periodistas y jueces ya están más vistos que el TBO De hecho, cuanto más "friki" sea nuestro protagonista, casi mejor.

Le podemos llamar Jon algo hummm ¿Nieve? Jon Ayaramandi. No importa, claro está, que no sean su familia verdadera; de hecho, resulta más conveniente que nuestro investigador sea un tipo -o tipa- solitario, cínico y de vuelta de todo, pero también con espacio para la ternura en su corazoncito Ideas para unos secundarios adecuados: una vecina madre soltera con su hija de cinco años; el dueño de bar situado en un búnker alemán de la II G.

Por ejemplo, que del cielo empiecen a caer hermosas muchachas negras desnudas. O que se vea amenazada la banda de rock del antiguo chófer de nuestro héroe -ex-asesino a sueldo, recordemos-, ahora estrella de la música.

Además, la investigación tiene que llevarnos a situaciones extremas y singulares, como bailar Paquito el Chocolatero en las fiestas de Bayona o atravesar el departamento de Pirineos Atlánticos en un Lamborghini Murciélago, pilotado por una vidente alemana.

Cosas así, sin cortarse. Con cierta truculencia, si puede ser Tranquilos si la trama y los personajes parecen un cúmulo de despropósitos; en realidad, cuanto más absurdo parezca todo, más posibilidades hay de triunfo.

Y si la primera novela tiene éxito, ¡bingo! ahora sólo se trata de repetir la fórmula, ad nauseam , incluso utilizando el mismo esquema, a modo de plantilla. Más sencillo que pintar un cuadro por números.

El concepto es ya muy conocido: SINERGIA. Es decir, se acerca el día en que varios autores -al menos de ámbitos geográficos colindantes- tendrán que aunar esfuerzos para escribir novelas y no saturar el mercado.

Por seguir con nuestro ejemplo: podría suceder un crimen en la Isla de los Faisanes o la cima del monte Larrún, justo por donde pasa la frontera entre los dos estados, Francia y España, en el que se viera implicado nuestro Jon Ayaramandi y la investigación la llevaran a cabo la inspectora Amaia Salazar y la jueza de Pamplona Lola MacHor.

Ya de paso, y puesto que la vigilancia de las fronteras siguen siendo competencia de la Guardia Civil, creo, también el benemérito Bevilacqua.

O podría dejarse caer por allí el comisario Adamsberg, que después de todo es bearnés a un tiro de piedra, como quien dice. Nota aclaratoria: quizás se infiera de esta especie de reseña que no me ha gustado Elvis o la virtud -¿a qué viene el cambio de conjunción en el título?

No lo entiendo-; pues todo lo contrario: me lo he pasado pipa con las aventuras de Jon y sus amigos, a pesar de ser, como ya he comentado, un despropósito, por no decir un disparate o precisamente por eso. Lo recomiendo sin dudar, aunque quizás no para todos los paladares conviene, en este sentido, tener pocos prejuicios y cierto gusto por el humor negro.

Otro consejo para quien esté interesado en las andanzas de Jon Ayaramandi: conviene empezar por la primera novela, Un gramo de odio ; como me suele suceder no a propósito , yo lo he hecho por la segunda. En fin, ya se sabe: de donde no hay en 3 comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest.

Etiquetas: entre recomendable y está bien , escritores franceses , libros en francés , novela negra , siglo XXI. sábado, 19 de marzo de Colaboración: La vida ante sí de Émile Ajar. Idioma original: Francés. Título original: La vie devant soi. Traducción: Ana Mª de la Fuente.

Valoración: Recomendable. Estuvo casado con la actriz Jean Seberg À bout de souffle , de Godard , y se suicidó en París en poco tiempo después de que ella también se quitara la vida. Para los interesados en la historia de Gary hay una biografía de Myriam Anissimov, de Romain Gary, le caméleon.

La autoría no se desveló hasta después de su muerte y sirvió al autor para tomar distancia de esos críticos que lo habían rechazado como Gary pero que se mostraban entusiasmados por el nuevo descubrimiento literario.

Momo Mohamed , un niño musulmán, que cree tener diez años en realidad, 14 , y que apenas conoció a sus padres, vive con Madame Rosa, una anciana judía, superviviente de Auschwitz, en un sexto piso sin ascensor del barrio de Belleville en París. Lo comparte con otros niños, Banania, Moïse, hijos de prostitutas que pagaban a la señora Rosa para que los mantuviera.

Con el único calor de Arthur, un muñeco-fetiche que se fabrica con un paraguas, y el de la señora Rosa, Momo se va a volcar en el cuidado de la madame cuando ésta empieza a deteriorarse con la vejez, y la acompañará hasta su muerte. Junto a él otros vecinos del barrio: Monsieur Hamil, un árabe ciego apasionado por Víctor Hugo y el Corán, Madame Lola, un travesti senegalés, Monsieur N'Da Amédée, proxeneta de Nigeria mostrarán su solidaridad con Rosa y la ayudarán no solo económicamente.

Solo Nadine, y su familia, dedicada al mundo del cine, y que acogen finalmente a Momo, no pertenecen a ese mundo. En la novela se plantean dos temas fundamentales: la mirada desde -y hacia- la marginalidad, que conlleva necesariamente una crítica social, y la relación de cariño entre el niño y la anciana: generaciones y culturas distintas.

También se tratan otros subtemas como el de la vejez, la enfermedad y la eutanasia, la convivencia entre distintas culturas y religiones, el concepto de familia, la solidaridad Está contada por un narrador en primera persona, Momo, con un lenguaje sencillo, con coloquialismos y algunas construcciones incorrectas, que tratan de reflejar la forma de hablar del niño quizás no se aprecia igual en la traducción.

La obra es interesante por esa mirada que presenta, a la vez ingenua y políticamente incorrecta, sobre el mundo que nos rodea, con un protagonista provocador y rebelde:.

me sentía importante al pensar que podía darles miedo". pero, a la vez, capaz de darlo todo por esa anciana, "gorda y fea", que lo había cuidado desde pequeño:. Ya veremos. Yo quería a la señora Rosa El autor se centra en ese París de la marginalidad, desconocido para la mayoría, y que en los años 70 se situaba en Belleville, reconvertido actualmente en un barrio popular, con muchos restaurantes y población asiática, y con presencia cada vez más de la clase media, siendo ahora Saint-Denis o Clichy sous bois, en la periferia "banlieue" de París, los que concentran una población más desarraigada y marginal.

A pesar de todo, el mensaje que transmite el autor no es de desesperanza, pues nos muestra un mundo solidario en dos niveles: el que representan los vecinos y amigos de Madame Rosa, a pesar de las diferencias culturales y religiosas, y el de Nadine y su familia, con la acogida de Momo.

Cuarenta años después de la publicación de la novela, y con la experiencia de nuestra historia reciente, podríamos plantearnos si no es, desgraciadamente, ¿una visión ingenua? de la condición humana la que nos plantea La vida ante sí.

Firmado: Wincell. Del mismo autor: Lady L. Publicado por Un libro al día en 2 comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest. Etiquetas: colaboraciones , escritores franceses , libros adaptados al cine , libros adaptados al teatro , libros en francés , novela , recomendable , siglo XX.

viernes, 18 de marzo de Jon Bilbao: Estrómboli. Publicado por Santi en 8 comentarios: Enviar por correo electrónico Escribe un blog Compartir con Twitter Compartir con Facebook Compartir en Pinterest. Etiquetas: escritores españoles , Imprescindible , libros en español , Muy recomendable , relato , siglo XXI.

jueves, 17 de marzo de Tarashea Nesbit: Las esposas de Los Álamos. Preciosa portada para un libro que ha pasado injustamente desapercibido, cosa injusta a la que vamos acostumbrándonos peligrosamente. No negaré nuestra parte de culpa en enfocar aquí y no allá.

En, inconscientes, tender a entregar nuestra atención nuestro tiempo a propuestas que resuenan con más fuerza. Los clásicos, las polémicas, los autores de renombre, el fragor mediático que absorbe y anula, perdón por la plasta poética, el murmullo de tantos y tantos cauces que fluyen.

No solamente se trata de nuevas editoriales que apuestan fuerte por imágenes distintivas, presentaciones cuidadas. Hay que revolver estanterías y hay que consultar referencias y hay, claro, que dejarse llevar por la intuición o por los consejos de los allegados y de los afines, ni que sea para, alguna vez, por tozudez o esencia de la contradicción, encontrarse con algo que nos demuestre que, a pesar de lo muy jodido que está todo, a pesar de que el panorama cultural parezca ser un continuo remar contra la corriente del pensamiento único, las sorpresas y los descubrimientos son, aún, posibles, aunque escasos.

Ilustración de Gabriel Brizuela. Ilustración de Florentín Demestri. Fue a raíz del increíble descubrimiento -hecho por los sicólogos de los países subdesarrollados-, que el Profesor Dreamnot decidió fabricar la Máquina que Impedía Soñar.

Se había comprobado -irrefutablemente- que los pobres soñaban más que los ricos. Esto era síntoma de una gran injusticia.

Sin duda alguna, la Naturaleza siempre buscando el equilibrio trataba de compensar -por medio de ese mágico mundo de imágenes nocturnas- las frustraciones y miserias de la vigilia, consolando a los desheredados y permitiéndoles, de esta manera, sobrellevar su sórdida existencia.

Los sueños eran, pues, una válvula de escape, una relajadora de tensiones -como el fútbol- que postergaba e impedía la rebelión. Pero también eran un inútil desgaste de energía, inaprovechable para el trabajo.

Se los evitaba, fácilmente, con sólo abrir los ojos: pero ¿quién podía mantenerse siempre despierto? La única alternativa era el artefacto del Prof.

Según su inventor, la máquina ayudaría al avance de los «países en desarrollo», más de lo que se había logrado con la Acupuntura, o la Energía Hidroeléctrica, en los últimos años. Los grandes empresarios auspiciaron su construcción. El Profesor, por otra parte, había creado toda una Metafísica del Sueño, acorde con las ideas de la Era Atómica.

Los sueños eran -según él- una especie de antimateria; la substancia primordial de un universo paralelo: una dimensión distinta, antípoda y enemiga de la vigilia. Ambos mundos eran incompatibles.

El encuentro accidental de sus planos produciría una catástrofe cósmica: es decir, el caos universal. Ese inframundo existía gracias a los deseos fallidos, las ilusiones perdidas. Como una bestia insaciable, se nutría de los suspiros de amor no correspondidos, del hambre y la sed insatisfechos.

Durante la noche -esa pequeña muerte- compraba, momentáneamente, el alma a cambio de una felicidad ficticia, que se esfumaba al amanecer Las teorías de Dreamnot habían sido influidas por los escritos de un antiguo médico vienés.

Aquel hombrecillo -puntilloso y modesto- había descubierto que los sueños eran una auténtica «máquina del tiempo».

Un sistema seguro para viajar al pasado y regresar a la infancia del hombre y de la especie. Eran el vehículo etéreo para recuperar el olvido y realizar las experiencias no vividas. Con una brújula de oro -llamaba Sicoanálisis- había explorado los abismos de la mente humana, clasificando sus espejismos y descubriendo las leyes que regían sus engaños.

Su obra era una fantástica excursión a través de la fauna y flora de una maravillosa tierra desconocida. La admirable máquina que impedía soñar -aplicada a través de los programas de TV- había sido un éxito total.

No sólo había logrado inhibir la capacidad de soñar, sino también había acabado con los «soñadores despiertos» es decir, con los poetas.

Se había terminado, al mismo tiempo, con la poesía. Esta actividad, tan antigua como el hombre, ya no sería necesaria. Había cumplido con su misión, en el pasado, durante la infancia de la raza. En vano protestaron. Inútilmente, se declararon en huelga de hambre, o amenazaron con rebelarse.

Fue necesario hallar una solución Ya no puedo escribir ni un simple poema de amor. Mi imaginación se ha apagado con el último programa de televisión -agregó, con un suspiro-.

La destrucción de esa máquina es de vital importancia para nosotros y el futuro de la humanidad. Quedará fijada en una felicidad confortable y blanda, sin aspiraciones.

Lo que equivale a decir: decadencia y muerte por estancamiento -agregó otro de los conspiradores, un negro alto y atlético. Aquel congreso de poetas de todas las naciones había sido convocado -con el máximo sigilo- para restituir a la especie humana su más preciada ilusión y su más extraordinaria actividad: el sueño y la poesía.

Con el inmenso adelanto tecnológico -dijo una mujer madura, reiniciando el debate-. Si el invento del Profesor logra sus objetivos, los hombres ya no tendrán futuro. Todos sus sueños se habrán hecho realidad. Pero ¿qué le quedará a una feliz y satisfecha humanidad, cuando llegue al Fin de sus Sueños?

Los circunstantes guardaron un minuto de silencio, como si ya se estuviese celebrando el funeral de la Civilización. Los enamorados ya no sentirían ese agridulce cosquilleo en el alma.

Los caracteres heroicos no encontrarían hazañas que realizar. Los jóvenes no hallarían ocasión para rebelarse contra los viejos. La absoluta concreción de los anhelos más ocultos e inconfesables de los hombres llevaría -quizá- al suicidio de la Sociedad.

Porque, ¿qué sucede cuando se han cumplido todos los ideales de una cultura? Ese era el gran problema que se planteaba a los que aspiraban a salvar al mundo de la autodestrucción Hubo un murmullo de desaprobación. Todos recordaban con nostalgia los bellos días en que eran venerados por el pueblo, como elegidos de los dioses; como profetas y videntes.

Esa admiración era una reliquia del pasado. La televisión los había desplazado Una ráfaga de viento hizo crujir las destartaladas persianas de la academia abandonada. La pintura de las paredes se descascaraba en una lenta lluvia de polvo y olvido.

Los libros de cantos dorados yacían esparcidos sobre el mármol manchado, abandonados a la voracidad del tiempo. Los bustos de los grandes bardos se ennegrecían a la intemperie. Debemos encontrar un «arma secreta»; algo que atraviese las paredes. Un susurro ultrasónico, tal vez Como las trompetas de Jericó; o el AUM de los ascetas.

La respuesta sería encontrar la palabra o frase vital que condense nuestro poder; que simbolice nuestra fuerza: la que se oculta en el origen de la creación Tendrá que ser como el «Hágase la Luz» del Génesis; o el «Abrete Sésamo» de los cuentos, Quizá como las terribles palabras que protegían las tumbas de los faraones -añadió el adolescente, con un brillo en los ojos.

El debate duró toda la noche. Cada uno de ellos deliberaría sobre la palabra mortal, la vibración destructora, destinada a aniquilar el poder del terrible invento. La idea consistía en remover -con el sonido de sus sílabas- los estratos más arcaicos del alma colectiva, los componentes míticos del pensamiento, con el fin de producir el «shock» que haría renacer, que resucitaría la capacidad de soñar y crear.

Una vez hallada la fórmula letal, todos los poetas-chamanes se concentrarían, al mismo tiempo, repitiéndola en letanías interminables, hasta que el poder omnipotente del pensamiento produjese -como en un hechizo- el efecto deseado.

Las propuestas comenzaron a llegar. El líder de los conjurados barajaba las distintas alternativas con dedos de astrólogo. Bajo su penetrante mirada, desfilaban frases esotéricas, signos cabalísticos, antiguos abracadabras, mantras olvidados Un anciano, con ansiedad reprimida, anunció que el experimento se llevaría a cabo inmediatamente.

Un susurro -como el roce de las alas de un ángel- comenzó a percibirse en medio del silencio del amanecer. El aire -hasta entonces sereno- comenzó a llenarse de lentos remolinos.

Las copas de los árboles se movieron, quedamente, bajo el soplo de una brisa intemporal Era como el zumbido de millones de abejas, succionando el néctar de una gigantesca y única flor La tierra tembló, imperceptiblemente.

Un aliento apocalíptico avanzaba, velozmente, amenazando romper la barrera del sonido. EN EL PRINCIPIO ERA EL VERBO Y EL VERBO ERA Las mentes amordazadas escaparon de su encierro como un millón de globos azules liberados al espacio por un niño travieso.

Nadie se extrañará que, habiendo decidido acabar con mi vida -por razones que sería impertinente relatar-, me haya convertido en asiduo pasajero suburbano. En adicto a los micros más veloces y destartalados. He estudiado los itinerarios de los más audaces por los caminos más accidentados ; la personalidad de cada uno de sus guardas y conductores; el estado de los frenos y los carburadores de sus vehículos; sus problemas sentimentales y prontuarios policiales, sin olvidar sus clubes de fútbol y preferencias políticas.

En fin, me he convertido, de la noche a la mañana, en un especialista en accidentes he trabajado, un tiempo, en una compañía de seguros. Soy un asiduo visitante de los incontables talleres de chapería que invaden los barrios de la ciudad con ese martilleo enervante , convirtiéndola -desde hace algún tiempo- en un inmenso cementerio de automóviles y chatarra.

En los primeros tiempos, sucedía como en la «ruleta rusa». Elegía los ómnibus, al azar, por medio de una especie de «Micro-Bingo» de mi invención. Subía al vehículo -cuyo número había resultado favorecido- y esperaba la llegada del fin con resignación nativa.

Las más de las veces, sin embargo, terminaba con heridas y contusiones diversas que me obligaban a permanecer internado en sanatorios y hospitales y me forzaban a postergar -por un tiempo- los apremios del instinto tanático.

Impulsado por esos repetidos fracasos me encontraba literalmente cubierto de cicatrices y moretones , decidí -tan pronto me repuse del último accidente- recurrir a la ciencia y la tecnología modernas, utilizando los servicios de una computadora. Confiaba en que la electrónica japonesa se mostraría superior a mis horóscopos y a mis experimentos con el «I-Ching» viajaba, preferentemente, los días aciagos.

Pacientemente, recogí todos los datos posibles sobre los choques fatales de los últimos cinco años. Investigué -con la ayuda de un astrónomo- las variaciones periódicas de las manchas solares, los eclipses, y las proporciones de estroncio en las precipitaciones pluviales.

Consulté con expertos en ecología y numismática. Finalmente, en base a las curvas estadísticas -resultado de mis eruditas y tediosas investigaciones-, me concentré en los micros Nº y Nº A partir de ese momento me sentí más seguro de lograr mi cometido: las matemáticas estaban a mi favor.

Relataré pues, brevemente, la historia de mi último viaje, único móvil de esta narración perversa. El Micro elegido para el viaje sin retorno resultó ser de los que llevan en la parte posterior una especie de lema o máxima escrita con increíbles letras góticas desde luego, la «N» había sido pintada al revés donde se podía leer: SIN PRISA PERO SIN PAUSA.

No supe, al momento, si reírme de la ironía que comportaba semejante afirmación, o asombrarme ante la notoria ingenuidad de su autor. De cualquier manera, el aforismo parecía apropiado al absurdo de la situación y al ineluctable destino que me aguardaba. Una vez enterado de la cínica y pintoresca filosofía que guiaba la máquina que me había sido asignada, subí al vehículo dando un salto -como es de rigor- con el fin de no perder el equilibrio y caer sobre el asfalto mi deseo apuntaba hacia una catástrofe definitiva, no parcial.

El camión arrancó bruscamente. La sacudida me hizo trastabillar hasta el regazo de una chipera acomodada en el asiento de atrás. Sonreí, tímidamente, pidiendo disculpas soy condenadamente introvertido. La mujer me lanzó una mirada fulminante y se alisó las faldas. Con este singular lanzamiento, el vehículo comenzó su desenfrenada carrera contra el tiempo, hacia lo desconocido.

Los cronómetros comenzaron -en algún oculto lugar a marcar los segundos de la muerte. No acababa de acostumbrarme al «shock» del lanzamiento y la crueldad anónima de los baches, cuando -en vez del consabido guarda de pelo en pecho ese personaje de torva faz y groseros modales , se me acercó -como en un sueño- una esbelta joven de ojos claros, reclamando el importe del viaje.

Sin salir de mi asombro a pesar de estar al tanto de la moda de azafatas , me dispuse a satisfacer su pedido, mientras luchaba -con mayor o menor éxito- contra la marea humana que amenazaba aplastarme mi finalidad no era de ningún modo morir por asfixia, como en los terribles ómnibus alemanes de exterminio.

Hurgué en mis escuálidos bolsillos soy un artista humilde, pero honrado y entregué graciosamente el importe del pasaje a la belleza de ojos celestes. Ella hizo sonar un timbre ya que el silbido en las orejas del infortunado pasajero -al subir y bajar las estriberas- es administrado por labios masculinos y una señora gorda se levantó, trabajosamente, disponiéndose a bajar en la próxima parada.

Sin escatimar pisotones afortunadamente calzo el 43 me adelanté rápidamente, para ocupar el espacio vacante anhelaba, como podrá adivinarse, una muerte cómoda. Para llegar hasta el asiento vacío, tuve que esquivar hábilmente una enorme damajuana de ácido nítrico y una pieza de motor -chorreando grasa- sostenida, con gran impunidad, por un mecánico impasible.

Una dama de mejillas sonrosadas, entretanto, murmuró algo vagamente relacionado con mi falta de caballerosidad. Me encogí de hombros suelo practicar ante el espejo y sin amilanarme ante la mirada perpleja de los circunstantes, me instalé dando un sutil golpe de cadera al grueso pasajero que compartía mi asiento.

Una vez obtenido el ínfimo confort necesario a un cuerpo desgarbado como el mío, no pude contener por más tiempo la curiosidad que me invadía sobre la identidad de la hermosa dama de los boletos. Contrariamente a la casi bíblica admonición: PROHIBIDO HABLAR AL CONDUCTOR ya que nadie respetaba aquello de «no escupir en el suelo» , pensé aprovechar mi proximidad para interrogar al chófer.

Estaba a punto de llevar a cabo mi propósito, cuando atrajo mi atención la mirada ausente que campeaba entre mis compañeros de aventura.

A excepción de la mujer que acababa de bajar, ninguno parecía especialmente preocupado por llegar a destino. Una resignación callada flotaba en los semblantes. Los que me acompañaban en ese instante también habían hecho sus cálculos. Eran auténticos profesionales del suicidio: drogadictos, amas de casa abandonadas, enfermos desahuciados.

Todos nos habíamos embarcado con el mismo fin. El número de los viajeros se mantenía constante, a pesar de la considerable distancia que ya habíamos recorrido. El silencio que parecía envolver a los condenados se acentuaba cada vez más. Nos acercábamos velozmente hacia un semáforo. Miré fijamente al conductor, pues acababa de notar algo siniestro en sus ojos relampagueantes.

Él también sabía. Su rostro de músculos contraídos por la tensión del oficio semejaba el de un auténtico cancerbero manos velludas, uñas como garfios. Un escalofrío repentino me erizó los cabellos.

Tenía miedo. No había contado con la complicidad de esta triste y doliente humanidad. Decidí, finalmente, abandonar -como una rata desesperada que huye del naufragio- el ómnibus maldito. Rápidamente, me acerqué a la puerta alzando el brazo -en señal de parada- en dirección a la doncella de sonrisa resplandeciente ella se destacaba nítidamente por sobre la grisácea expresión de los viajeros.

Su sonrisa, al ver mi gesto, se congeló en un rictus de asombro. Su expresión se había vuelto marmórea, como la de las estatuas. Su cuerpo adolescente parecía haber madurado durante el viaje. Su porte, sus ojos -su mirada fría- atestiguaban el carácter de su misión inexorable.

Sólo entonces comprendí, ya casi totalmente resignado el conductor había acelerado, en vez de detenerse , que había estado a punto de enamorarme del Ángel de la Muerte.

Su última mirada fue un mudo reproche a mi tardío arrepentimiento. Las rojas luces de los semáforos centelleaban como ojos premonitorios. Salté cubriéndome la cabeza con las manos. Unos segundos más tarde, desde la encrucijada fatal, vino la conmoción del choque, el estallido de los cristales y, finalmente, el silencio Ilustración de Mario Casar.

Ilustración de Gerardo Escobar. Alipio Pereira llegó hasta la Plaza Uruguaya. Se detuvo, jadeando, bajo la sombra de un frondoso tajy. Allí, sobre los pisoteados pétalos color violeta, bajó su grasiento maletín negro y se puso a silbar muy bajito. El viejo cartapacios comenzó a bambolearse atrayendo, rápidamente, la atención de los transeúntes y de esa población local compuesta de vendedores ambulantes, quinieleros, prostitutas, mendigos y canillitas descalzos.

Los inquilinos perpetuos de la célebre plaza, atentos a cualquier hecho insólito que fuera a interrumpir la rutina cotidiana, comenzaron a congregarse en torno al misterioso valijín.

Las pitadas del tren lechero -desde la cercana estación del ferrocarril- contribuían, con su rítmico acompañamiento sonoro, a la atmósfera de expectación generada por la insólita conducta del bolsón de cuero.

El arribeño miró a los circunstantes con los ojillos pícaros y burlones de un auténtico «Perurima» y se agachó, lentamente, para descorrer -con indolencia premeditada- el cierre de la mugrienta maleta.

Los esbeltos cocoteros, que parecen montar guardia alrededor de la rotonda, despeinaban sus penachos resecos bajo el implacable manotón del viento norte.

Pasó un tranvía destartalado, traqueteando con dificultad en dirección al centro, distrayendo -momentáneamente-, con sus relámpagos raquíticos, la atención de la multitud.

Era un truco que no fallaba jamás. Lo había aprendido en la cárcel, de un preso que había trabajado en esas Kermeses que recorren los pueblos del interior durante las fiestas patronales. Eulalio Morales así se llamaba el compañero de celda le había indicado la manera de ganar dinero con la ayuda de esas serpientes amaestradas, de aspecto terrible, que servían para atraer a los incautos y vender un tónico o una pomada milagrosa.

Pereira había adquirido la mentada serpiente de un indio Maká, a cambio de una botella de caña. La había bautizado, cariñosamente, con el nombre de su ex-novia Panchita. No le costó mucho acostumbrarse a que la viscosa Panchita se le enroscara alrededor de su nervudo brazo y le colgase del cuello, como una perezosa bufanda.

El sexo débil, como de costumbre, era el más impresionable. Algunas mujeres desahuciadas hasta se desmayaban ante la vista del formidable símbolo fálico, olvidando -con el sobresalto- la conocida historia de Adán y Eva.

Las solteronas y beatas que frecuentaban la iglesia vecina ya ni se animaban a pasar por la plaza maldita. A las desgraciadas que caían sin sentido durante el espectáculo, el porfiado mocetón las reanimaba -después de sobarlas, descaradamente, con sus velludas manos de sátiro montés- friccionándolas con su pomada de aplicación universal.

Así habla conquistado a «María-cachí» -la chipera más codiciada de la estación-, quien se había convertido en ayudante del encantador de serpientes. Al principio, ella le retó y le trató de zafado y ordinario, pero al final se le entregó cuando Alipio le dijo que era más linda que la estatua de «esa mujer desnuda» que adorna la entrada de la plaza.

María-cachí era una mujer retobada, pero ahora fingía desmayarse en el momento culminante de la actuación, aumentando con su comedia el efecto terrorífico que producía la aparición de Panchita.

Los infaltables fotógrafos de la plaza -apostados, como cuervos, tras sus incansables ojos de vidrio- sacaban también su tajada de la insólita función, pagando un jugoso porcentaje al improvisado fakir. En estos últimos tiempos los negocios no marchaban muy bien.

Las muestras gratis de los visitadores médicos competían cada vez más con el mágico ungüento que curaba «el pasmo», «la tiricia» y «el fuego de San Antonio». Era cierto que los lustrabotas de la plaza cazaban ratones y pajaritos para saciar el voraz apetito de la serpiente; y que la hora de alimentar a la causante del pecado original era esperada con gran regocijo por parte de la gente menuda.

Así y todo, Pereira no estaba contento con su trabajo. Y capaz que hasta hubiera vendido su querida Panchita al Jardín Botánico o a aquel taciturno taxidermista alemán, para mandarse a mudar a la Argentina, si no hubiera ocurrido lo que vamos a relatar. Todo comenzó con la llegada a la plaza de aquellos harapientos guitarristas ciegos.

Eran tres viejos canosos venidos de un oscuro y polvoriento pueblo de la campaña. Se ganaban la vida tocando antiguas canciones de amor, en esas dilapidadas estaciones de ferrocarril que jalonan con sus herrumbrados galpones los caminos de fierro de la patria.

Con dedos achacosos y eternas uñas de medio luto, rasgaban maquinalmente sus manoseados instrumentos, desafinados por la pobreza. Fue al segundo día de la llegada de los músicos que Alipio Pereira escuchó, por primera vez, la canción que iba a cambiar su destino.

Al comienzo ni les prestó atención, pero a medida que la recurrente melodía resonaba en la voz lastimera de aquellos seres sin luz, la letra le iba penetrando en el alma. Las voces lanzaban sus quejas como en esas letanías de Semana Santa, que el pueblo entona para implorar al cielo el fin de su miseria.

El monótono estribillo le horadaba el corazón, como la púa del trompo «arazá» perfora la piedra de las veredas:. Así musitaban con rostros impávidos los anónimos cantores vagabundos.

Alipio Pereira, como la mayoría de sus conciudadanos había tenido la suerte de conocer a su padre. Este había desaparecido, sin dejar rastros, abandonando a su mujer terminar una zafra azucarera. La madre de Alipio, enfermo del corazón, no pudo soportar tamaña infidelidad y había muerto unos años más tarde, maldiciendo al causante su desdicha.

El niño había recibido de su madre, Marcelina Rosa -como único legado-, un polvoriento manuscrito que contenía lo que, aparentemente, era un poema que le había dedicado en su juventud.

Antes de morir, le había entregado aquel ínfimo recuerdo, asegurándole que en él encontraría -alguna vez- la clave de su desdicha. Era, justamente, el recuerdo de este poema el que había surgido en su memoria, tan pronto escuchara los verso de la quejumbrosa canción.

A medida que aquellos extraños entonaban las penas del amor y su ausencia el joven comprobaba que coincidía -letra por letra- con la del ajado pedazo de papel que había heredado. No pudiéndose contener por más tiempo, el impetuoso muchacho enroscó a Panchita alrededor de su robusto brazo derecho y mirando de soslayo a María Cachí, se dirigió a largos trancos en dirección al trío, precariamente instalado en uno de los desteñidos bancos de la plaza.

Acercándose -entre emocionado y perplejo- al que parecía llevar la voz cantante, así nomás, sin preámbulos, le preguntó:. El anciano, sorprendido por la intempestiva interrupción, movió ligeramente su plateada cabeza en dirección al sitio de donde procedía la voz y, esbozando una tenue sonrisa -como para mostrar que estaba contemplando al impulsivo jovenzuelo- respondió con ronca entonación.

El barrio de Varadero, con sus antiguas casas de Profundos zaguanes, balcones con persianas destartaladas y descascaradas paredes amarillas, se adivinaba como una mancha parduzca en la ciudad de Asunción. Cerró los ojos y arrugó la frente como para ordenar sus pensamientos y recuperar su compostura, antes de proseguir:.

Llegué a Asunción hace poco, nomás. Luego, sin importarle aparecer cargoso, agregó:. El curtido semblante del trovador se sacudió, imperceptiblemente, como si quisiese espantar las moscas de algún recuerdo tenaz, mientras sus dos compañeros escuchaban con atención.

Golpeó, impaciente, con sus huesudos dedos, la caja de la enmohecida guitarra y exclamó con un dejo de amargura:. La conocí hace mucho tiempo. Fue mi mujer. Compuse esta canción después de separarme de ella. Un día, agarré y le envié una copia de los versos con la esperanza de obtener su perdón.

Nunca me contestó. Pienso que me hizo adrede, para castigarme. Más tarde, me metí en política y las revoluciones me arrastraron a su antojo, como hoja que lleva el viento. Después, me desgracié de la vista.

Jamás podré volver a contemplar su rostro. Me uní a estos compañeros en la desdicha para ganarme la vida. Mi destino fatal es rodar de pueblo en pueblo, como alma en pena, repitiendo eternamente mi sentida canción.

Quizá, si ella alguna vez la escucha, podrá perdonarme. A Pereira el corazón se le encogió en el pecho, después de oír la sorprendente historia. Aquí, en este remoto lugar, por un azar inexplicable, tenía frente a sí al que debía ser su propio padre: este humilde guitarrero que, como trajinante cantor, iba en busca de un amor perdido.

Tragó saliva, porque para entonces se le había hecho un nudo en la garganta y apenas pudo contener el ansia de abalanzarse a los brazos del anciano y gritarle: ¡Ché-rú! El fogoso muchacho se contuvo, sin embargo, y pensó que era mejor dejar las cosas como estaban.

Mantendría el secreto de su descubrimiento hasta encontrar una salida honorable a sus sentimientos encontrados. Este hombre había cometido un gran crimen al abandonarlo a él, a su madre y sus hermanos. El gentío que había rodeado a la temible Panchita se trasladó, entretanto, alrededor de los músicos andariegos y del corajudo chamán, deseoso de participar de la escena que se estaba desarrollando.

Alipio miró de reojo a la concurrencia, acarició la cabeza de su fiel amiga, cuyos ojos sin párpados lo miraban sin ver y, sonriendo con sus dientes más blancos, anunció:. Una auténtica «jarará» recién traída del Chaco.

de paso, por sólo guaraníes, la pomada que usaba el rey Salomón: Aceite de víbora macho Ya quedan pocas muestras La gente comenzó a agolparse y rempujar.

Pereira miró a su compañera y le guiñó un ojo. María-Cachí hizo un gesto de complicidad. El viejo payador, abandonado repentinamente, se alisó el pelo blanquecino con sus temblorosas manos y después de unos instantes de incertidumbre, volvió a pulsar la guitarra.

Alipio Pereira giró sobre sí mismo. Se secó el sudor de la frente con un pañuelo colorado y se puso a escuchar:. Fue entonces que decidió contratar al trío de guitarristas ciegos para reforzar el espectáculo. Se abrió camino entre los que obstaculizaban el paso, para dirigirse de nuevo hacia el anciano y sus andrajosos compañeros.

En ese preciso instante, el cansado cuerpo de Marcelina se revolvió en su tumba y, poniéndose de costado -del lado del corazón- pudo, finalmente, morir en paz. Así estará, arrullada en su sueño interminable, mientras alguien, en este mundo siga entonando la triste y doliente canción.

Existe afortunadamente en la historia de la literatura una clase de autor cuya vida y obra son inseparables, y cuyo mensaje es tan humano que no podemos dejar de simpatizar con él. La obra de estos escritores es, casi siempre, autobiográfica y en ella el artista muestra su corazón al desnudo, confesando peregrinamente sus faltas, y pidiendo clemencia al comprensivo lector, por haber sucumbido a las debilidades de su tiempo.

Estos seres excepcionales han dejado de lado su cultura libresca -generalmente considerable- y han convertido en fibra y nervios toda su erudición, poniéndola sin titubeos al servicio de la vida.

Nos viene a la mente la obra de Rousseau, Rabelais, Cellini, Villon; y otros, como Miller en los tiempos modernos. A esta clase de hombres pertenecía Juan Ruiz -más conocido por el nombre de Arcipreste de Hita-, el más grande poeta de la Edad Media española.

A nadie se le hubiera ocurrido, quizá, escribir una autobiografía erótica, sino a este rubicundo clérigo medieval que: «Por ser hombre y como todos, pecador, tuvo por las mujeres, a veces, gran amor», según su propia confesión.

Nadie mejor que un clérigo -dirán algunos, con sorna- para referirse a las intimidades del alma humana, sus miserias y flaquezas. El Arcipreste, «cabeza de clérigo», hablaba por propia experiencia, y no a partir de las de sus feligreses.

Tampoco analizaremos lo que tenga de «mester de clerecía» o «mester de juglaría». Bástenos decir que vivió a mediados del siglo XIV, bajo el reinado de Alfonso XI de Castilla, y que escribió su obra en la cárcel, donde permaneció durante 13 años, por orden del arzobispo de Toledo.

Ignoramos la causa de su prisión, pero podemos imaginarnos que sería el resultado de alguna de sus escabrosas aventuras de amor; aunque pudo también haber sufrido el encierro por intolerancia religiosa, como le sucedería a su colega Petrarca, y a otras lumbreras del Renacimiento y la Edad Media.

Desde ya, podemos señalar que pertenece a esa «élite» de escritores cuya personalidad los llevó a prisión, y que jalonan la historia de la literatura castellana.

Citemos, en nuestro apoyo, a Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Cervantes y Quevedo. Tampoco lo juzgaremos moralmente, sino desde el punto de vista literario, y lo contemplaremos a través de la atmósfera relajada del siglo que le tocó vivir. No discutiremos el uso y abuso de fábulas y refranes, inspirados en Esopo o Fedro, ni sus insólitas citas de Aristóteles, Hipócrates o Tolomeo.

Todo se justifica en él, si sus ejemplos están destinados a contribuir al arte de la seducción. No olvidemos que, siglos después, Kierkegaard, un gran espíritu religioso -y padre del existencialismo- nos asombrará con su «Diario de un Seductor», describiendo, paso a paso, como su colega el arcipreste , las técnicas de la seducción amorosa.

Mucho se ha escrito, en los últimos años, sobre el «Libro del Buen Amor», dándose sobre él distintas interpretaciones: ¿«Arte de Amar»? Para algunos, la obra no es sino una paráfrasis del «Arte de Amar» de Ovidio, diluido para el gusto, menos exigente, de un auditorio medieval.

Otros opinan que el autor quiso, simplemente, entretener al lector, intercalando sátiras, escenas picarescas y parodias, digresiones morales, a fin de amenizar su relato.

Todas estas apreciaciones serán, probablemente, justas según el punto de vista que predomine en el lector. El libro contiene numerosas alusiones el ejercicio de la profesión de alcahueta, ocupación tan solicitada entonces como ahora. El autor enseña cómo ha de reclutarse a la «trotera», la manera de tratarla, y la manera de aprovecharse de sus dotes como mensajera del amor.

Ahora bien, aunque en el prólogo el poeta afirma haber compuesto su obra para mostrar las maneras en que el «loco amor» hace pecar al mundo; y opina que conociendo sus engaños y artificios, los incautos sabrán cómo defenderse de él, escribe sin embargo lo siguiente: «empero, porque es cosa humana el pecar, si algunos, cosa que no aconsejo, quisieran usar del loco amor, aquí hallarán algunas maneras para hacerlo el subrayado es mío ».

Termina pidiendo que no lo tomen al pie de la letra, sino que se fijen en la intención de sus palabras, más que en la forma. Insiste, y pone a Dios por testigo, que su finalidad última ha sido inducir a los hombres a salvar su alma.

En fin, no hay duda de que trata de justificar los pasajes escabrosos y hasta sacrílegos que salpimentan su obra, en previsión a la crítica de los censores. Sabemos hoy que no estuvo errado. Faltan 32 coplas en la sección que corresponde al encuentro de los amantes.

La fragmentación del libro se la debemos, en gran parte, a la censura eclesiástica. Lo reconstruido y recuperado para la posteridad, al ingente esfuerzo desplegado por los eruditos y a la ardua labor de la crítica moderna. Por otra parte, nos intriga su desparpajo y osadía al referirse a sus aventuras amorosas.

Lo vemos en aquel párrafo donde ruega a Dios «tenga en su santa gloria» a una de sus tantas víctimas; o en el que asiste a misa «en nombre de Dios», para contemplar a la monja a quien se propone seducir por consejo de «trotaconventos», la alcahueta.

Estos pasajes nos obligan a hacer una breve digresión para referirnos a la relajación y decadencia de la moral eclesiástica en tiempos del Arcipreste.

Es sabido que muchos clérigos vivían amancebados y frecuentaban las tabernas y tugurios de mala fama, participando en riñas y pendencias, las cuales a menudo terminaban trágicamente.

Durante el reinado del Papa Gregorio VII, el populacho de Milán y del sur de Alemania se amotinó, protestando contra la vida disoluta de los sacerdotes. Un sabio profesor de teología de la universidad de Oxford, John Wiclef -famoso por haber traducido la Biblia al inglés- denunciaba a los frailes perezosos «de mejillas coloradas y mofletudas e insaciables estómagos, capaces de devorar la comida de familias enteras».

Estas declaraciones le valieron a Wiclef ser desenterrado y quemado post-mortem. Su discípulo Juan Hus tuvo menos suerte. La literatura medieval está llena de referencias al libertinaje clerical; véase, por ej.

Historiadores como Burkhardt -haciendo eco al gran Erasmo- afirman que muchos conventos eran el «refugio predilecto de Venus», y que a los excesos de la carne no eran inmunes ni las superioras ni sus pupilas. El «Elogio de la Locura» de Erasmo, resuena como un látigo sobre las espaldas de la Iglesia.

La vida disipada de los conventos se agravaba con las periódicas crisis de histeria colectiva, atribuyéndose al demonio y a las brujas los desórdenes y excesos en que caían las religiosas, con la consiguiente quema de inocentes.

Nada más explícito sobre el Particular que la magnífica obra del escritor inglés Aldous Huxley: «Las Endemoniadas de Loudun», basada en hechos verídicos sucedidos en un convento de Ursulinas de Francia, y que fuera recientemente llevada a la pantalla por dos grandes directores: Ken Russell y Jerzy Kawalerowicz.

La diferencia entre nuestro clérigo y la monja -diría un sicoanalista moderno- se encontraba en el grado de represión sexual. Casi nula en el Arcipreste: muy intensa en Sor Juana de los Ángeles.

La Iglesia era muy tolerante para con las debilidades de sus ministros, y el mismo Vicario de Cristo, las más de las veces, no estaba en condiciones de arrojar la primera piedra. Estamos a mediados del siglo XIV, la «bella época» anterior al Concilio de Trento y la Inquisición Española.

El propio Juan Ruiz, peregrinante, nos ha dejado su testimonio en los versos que describen su visita a la corte pontificia de Avignon. Esta negra etapa de la Iglesia habría de desembocar en el «impasse» más embarazoso: la coexistencia de tres papas.

En efecto, excomulgándose mutuamente como sendos «Anticristos», Benedicto XIII, Gregorio XII y Juan XXIII Baldassare Cosa , se constituyeron en vergüenza y escarnio de la cristiandad. Volviendo a nuestro tema principal, podemos afirmar que el «Libro del Buen Amor» es, en gran medida, lo que su nombre indica.

No sólo por los consejos que se dan a los seductores en potencia, sino también por la acusada influencia provenzal que se manifiesta en las recomendaciones que el caballero «Don Amor» ofrece al Arcipreste.

Los 39 mejores juegos de mesa: desde 'Catán' hasta 'Gloomhaven' Después de escuchar originnales Profesor con atención, uno de los especialistas en láser auténtticas con tono de suficiencia:. A pocos metros de distancia, se detuvo para auténtkcas Bonificaciones de lujo para High Rollers botas. Se había comprobado u que los Acceso Especial a Juegos de Póker soñaban más Bonificaciones de lujo para High Rollers los ricos. Junto a él otros vecinos del barrio: Monsieur Hamil, un árabe ciego apasionado por Víctor Hugo y el Corán, Madame Lola, un travesti senegalés, Monsieur N'Da Amédée, proxeneta de Nigeria Temas de interés Mejores moviles Mejores móviles calidad precio ChatGPT Samsung Galaxy S24 Iphone 16 POCO X6 Pro Redmi Note 13 Pro Iphone 15 Xiaomi 13 One Plus 12 Android 14 Windows 11 Mejores ordenadores portátiles Mejores smartwatch Auriculares inalámbricos. También, no seamos negativos, los muy útiles pictogramas, las imprescindibles rutinas, las recurrentes listas de amigos y familia

Reseñas bingo auténticas y originales - The Original Bingo's Seafood provides freshly cooked seafood every day from our family to yours in. Baldwin, LA. 󱙶. Follow. 󰟝. Posts Always a fun time in the heart of gay West Hollywood. Decent food and drinks at reasonable prices. Great location in the heart of what's left of gay West Lucky Play ofrece jugar juegos de cartas gratis, juegos de bingo en línea, 21 blackjack, juegos de bingo gratis y Tragaperras en línea - ¡todos los mejores Estas son páginas de libro de contabilidad auténticas, ideales para diarios basura; si has tenido la suerte de comprar un diario de Nancy, podrás ver cómo

laptop Chromebook. tv TV. Que le pasa al juego no se puede jugar es como que no entran no tiene internet se están robando las fichas este juego no sirve para nada ya. Este juego tiene problemas hace dos horas tenía 4.

robaron todos los punto esto es fraude no sirve. La aplicación Lucky play casino no está funcionando. Hoy 26 de febrero me robaron 5. es un fraude total estaba en vueltas gratis y se fue el internet por unos segundos y el credito k me habia dado se borro muy mal no la recomiendo. Added better permission checking, improved security, and added better devices support.

flag Marcar como inapropiado. public Sitio web. email Correo electrónico de asistencia. place Dirección. shield Política de Privacidad.

Buffalo Jackpot. Shoalwater Bay Casino Slots. Golden Wins Casino Slots. Gray Wolf Peak Casino Slots. Turning Stone Online Casino. Our Vegas - Casino Slots. Lake of The Torches Slots YAAS Vegas - Casino Slots.

All-in Casino - Slot Games. House of Fortune - Slots Vegas. La franquicia 'Dune' siempre ha tenido una fructífera relación con la estrategia: sus videojuegos del género son históricos, y este juego está a la altura, con mecánicas de construcción de mazos y todo tipo de facciones en liza para controlar la especia.

Edge Entertainment Dune Imperium - Juego de Mesa en Español, jugadores. Lovecraft es uno de los autores más influyentes en el terror fantástico y hay auténticos juegazos inspirados en sus relatos. Si os gusta 'Arkham Horror', el 'Eldritch' nos lleva de punta a punta del mundo buscando y cumpliendo misiones que nos ayuden a evitar la llegada del Primigenio.

Fantasy Flight Games Eldritch Horror - Eldritch Horror, Juego de Mesa Edge Entertainment EH Sensaciones encontradas son las que deja este juego de economía medieval, monstruos y demasiados elementos.

Creo que la expresión que mejor lo puede describir es la de diamante en bruto. Algo excesivo duración, tamaño, dinámicas , no apto para el jugador casual, pero asombroso e irresistible.

Sucesor de 'Terra Mystica', en 'Gaia Project' somos una de las catorce facciones que buscan conquistar pacíficamente la galaxia. Gestión de recursos, inversión en tecnologías, y un juego idóneo para los que queramos algo exigente, complejo y sobresaliente.

Es increíble el juegazo que es este. Un dungeon crawler de manual en el que podemos jugar bien en modo casual o en modo campaña.

A partir de aquí lo que hagamos en una partida nos perseguirá en la siguiente. Nos trasladamos a la España medieval bueno, no espereis demasiada exactitud histórica en un juego en el que el objetivo es conseguir reunir el mayor número de caballeros en las ocho regiones de la península ibérica.

Devir - El Grande, Juego de Mesa, Juego de Mesa de Estrategia, Premiado, Juego de Mesa con Amigos BGGRASP. Juegos de 'El Señor de los Anillos' hay muchos, y parece que hay cierto consenso al hablar de que el mejor es 'Guerra del anillo' donde los Pueblos Libres y el bando de las Sombras se enfrentan para dominar la Tierra Media mientras la Comunidad del Anillo avanza hacia Mordor.

Devir - Guerra del Anillo, Guerreros de la Tierra Media, Juego de Mesa, Juego de Mesa de Estrategia, Juego de Mesa para Expertos BGUERRA.

El Hanabi es uno de esos juegos que son muy sencillos pero, a su vez, pueden llegar a ser adictivos. Tenemos que preparar unos grandes fuegos artificiales pero, vaya vaya, están todos los materiales mezclados.

Un cooperativo en el que el objetivo es lograr un exitoso espectáculo. Aunque siempre da la impresión de que los juegos basados en franquicias no suelen valer nada, el de 'Juego de Tronos' bien merece una partida.

dominar las principales ciudades de Poniente y, por extensión, tener los Siete Reinos bajo nuestros pies. Para los que nos encanta ser los malos y destrozar cosas , ahí tenemos esperándonos el 'King of Tokyo', un gran juego en el que somos un gran monstruo con el único propósito de destruir la ciudad.

Ocho rondas para hacerse con el mayor número de puntos. Wizards of the Coast - Juego de Mesa, «Dragones y Mazmorras: Señores de Aguas Profundas». Hablábamos antes de Lovecraft, y tenemos que repetir con él con este otro juego: 'Las mansiones de la locura' nos lleva a investigar y parar las maquinaciones del siniestro Guardián, un jugador que controla los monstruos.

Si somos fans de la franquicia de Alien, este es un espectacular juego que coge lo mejor de ese mundo ofreciéndonos un survival semicooperativo. De diseño y presentación espectacular, 'Némesis' nos ofrece partidas largas, rejugables y llenas de giro y tensiones. El original causó sensación y 'Legacy' lo superó.

Siguiendo las pautas de 'Pandemia' y su letal brote, tú y tus compañeros viajaréis por el mundo intentando detener esta enfermedad a lo largo de varias partidas, únicas, inmersivas y cada una afectada por la anterior.

Uno de esos juegos en los que te preguntas que por qué no hacer el real deal. Juego para dos donde se compite por crear la mejor colcha, pieza a pieza y según vayan y puedan encajar. Uno de los grandes gestores de recursos , ambientado en la Puerto Rico de la recién conquistada América. Nuestro objetivo es lograr ser el que más mercancía embarque hacia el continente a través de decisiones de acciones y reduciendo al mínimo el azar.

Un gran cooperativo que tiene la gracia de que se puede variar fácilmente la dificultad antes de iniciar cada partida. Como podéis imaginar por el título, seremos un grupo de náufragos que deberemos sobrevivir en una isla desierta : hay que levantar el campamento y cumplir una misión.

Portal Publishing Robinson Crusoe: Adventures on The Cursed Island. Que no os engaña su apariencia infantil, puesto que nos encontramos con un juegazo muy complejo en el que deberemos competir para ser los gobernantes legítimos de la zona. La gran pena de este juego, que básicamente es todo texto, es que es prácticamente irrejugable, ya que una vez resuelto cada caso de los diez que vienen en el original pierde algo de gracia.

Sin embargo es un juegazo difícil, complicado pero ideal para crear una noche de misterio y asesinato en casa o también, historia real, un cluedo de campamento. Space Cowboys- Sherlock Holmes: Jack el Destripador Asmodee EESCSH Otra franquicia que tiene juegacos es la de 'Star Wars'.

En 'Imperial Assault' vivimos 'Star Wars¡ en su sentido más épico con grandes batallas entre los rebeldes y el Imperio, en un momento en el que están debilitados tras la destrucción de la Estrella de la Muerte.

Fantasy Flight Games Star Wars-Imperial Assault: el corazón del Imperio-Español, Color FFSWI Uno de los juegos más parecidos, con sus diferencias, a cuando lo único que quieres hacer en el 'Age of Empires' o el 'Civilization' es ir a tu rollo y desarrollar tus cosas.

Comenzando en la Edad de Bronce , en este complejo juego deberás ir desarrollando cultura, tecnología, sociedad, ciencia para ser la mejor civilización. Devir - Through the Ages: Una nueva historia de la civilización, juego de mesa BGHTAGES.

A un "menor nivel", pero bastante bueno igualmente, tenemos el 'Tigris y Éufrates', donde debemos dominar, en la cuna de la civilización, la agricultura, comercio, religión y gobierno.

Cuatro ediciones y, según dicen, cada cual mejor, son las que lleva en activo este magnífico juego en el que buscaremos controlar la galaxia después de la caída del imperio que la gobernaba hasta el momento.

Fantasy Flight Games- Twilight Imperium Cuarta Edición - Español, Color FFTI A mí me ponéis un juego de historia reciente de la Humanidad y me deshago.

EEUU vs URSS, comenzando tras la Segunda Guerra Mundial y terminando con la caída del muro de Berlín, en este juego se lucha por ser la mejor superpotencia de la Guerra Fría.

Twilight Struggle GMT Games GMT The Cold War - Juego de Mesa temático de Guerra y Estrategia 2 Jugadores, Importado de Reino Unido. Una preciosidad de juego de mesa en el que nos convertimos en apasionados ornitólogos dispuestos a tener en vuestra pajarería las mejores aves.

Una de sus ventajas es que el juego tiene una duración predeterminada no muy larga, lo que permite que sea una gran opción para quien no quiera pasarse jugando toda la tarde.

Ver 34 comentarios. Ver más temas. Ver más artículos. Ver más vídeos. ANÁLISIS XATAKA SELECCIÓN MÓVILES CIENCIA GUÍAS DE COMPRA MOVILIDAD MAGNET WhatsApp Tiktok Telegram Instagram Youtube Twitter. PARTNERS Innovación LG Territorio Samsung TV Innovación Volvo muévete con Renault Planeta Fantasy HP impulsa tu pyme.

HOY SE HABLA DE China Tim Cook Elon Musk NASA Ozempic Café Apple Vision Pro IA iOS Albertini publicaciones de Albertini. En Xataka. Lookout Games - Agricola, Juego para entendidos de Uwe Rosenberg Hoy sin stock en Amazon.

Asmodee- Betrayal at House on The Hill, WIBAHHIFR, juego de estrategia French version Hoy sin stock en Amazon. Maldito Games Brass Birmingham - Juego de Mesa [Castellano] Hoy sin stock en Amazon.

Related Post

0 thoughts on “Reseñas bingo auténticas y originales”

Добавить комментарий

Ваш e-mail не будет опубликован. Обязательные поля помечены *